Jonas Eriksson de Suecia ha trabajado como árbitro de la FIFA desde 2002, pero hace este trabajo sólo por diversión.

Con 42 años, ha sido árbitro desde 1994 y es millonario después de vender su parte en una agencia de administración de derechos deportivos en los medios de comunicación en 2007 por aproximadamente 6 millones de libras.

Las oficinas principales de la compañía están localizadas en Estocolmo, pero tiene oficinas en toda Europa, así como en el Oriente Medio, Asia y Oceanía, distribuyendo los derechos televisivos a estaciones de televisión y medios de comunicación de todo el mundo.

Gales ya está familiarizado con el Sr. Eriksson, quien se hizo cargo del partido que los enfrentó con Rusia en la fase de grupos.

En el pasado, ha oficiado el Chelsea-Bayern Munich de la Supercopa de Europa en 2013, y estuvo en Brazil para arbitrar en la Copa del Mundo de 2014. Era el cuarto oficial en la final de la Champions League que ganó el Barcelona a la Juventus en 2015.

Declaró en la página web de la UEFA: «Me encanta el fútbol y arbitrar. Cada semana cuando piso el césped hago lo que más me gusta.»

«He tenido una vida fantástica como hombre de negocios, pero desde 2011 he dedicado mi tiempo a ser arbitro profesional y estoy pasando por el mejor momento de mi vida.»

El ex-árbitro de la Premier League, Howard Webb escribió en The Times, «Se ha vuelto conocido como el árbitro millonario después de vender acciones de una empresa de medios sueca y eso significa que no lo hace porque necesita el dinero, sino porque le gusta el juego y su trabajo.»

«Incluso en el competitivo mundo del arbitraje, no se oye ninguna crítica hacia él, ha sido universalmente querido y respetado.»