Una vez que acabes tu jornada de trabajo, apagas el ordenador, te vas a casa y te relajas. Si enciendes otro ordenador y haces otro tipo de cosa, no obtendrás ese descanso que necesitas para recargar energía después de un largo día de trabajo.

Como explica la web de productividad 99u, si estás usando las mismas capacidades mentales que utilizas en tu trabajo en actividades para relajarte, tu cerebro no está descansando. Es posible que te pases todo el día leyendo texto en una pantalla en el trabajo y luego tratar de relajarte leyendo webs de noticias en tu ordenador o smartphone en casa. Lo más probable es que estás actividades te gusten y creas que te estás relajando, pero tu cerebro considera que ésto es más o menos lo mismo que haces en el trabajo. Para relajarse de verdad, es mejor encontrar algo que no se parece al trabajo que haces:

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«Como era de esperar, la sensación de que las exigencias del trabajo eran más intensas cerca de la hora del almuerzo, quedando una sensación de fatiga al final del día si no cogía el descanso adecuado. Fundamentalmente, el descanso perfecto me daría una barrera protectora y así evitar la fatiga que sentía al final del día. ¿Qué tipo de descanso era ese? Sólo la relajación o alguna actividad social me daría beneficios. Las actividades cognitivas durante los descansos del trabajo solo hicieron que las cosas fueran peores, ya que leer noticias en sitios web o revisar el email requiere muchos de los procesos mentales que utilizo cuando estoy trabajando.»

Esto es a veces complicado de conseguir cuando tu descanso típico son jugar a video juegos que requieren el uso del mismo dispositivo con el que trabajas. Sin embargo, puedes ajustar tu rutina y leer con un kindle en lugar de tu teléfono o ordenador, o coger un libro en su lugar. Incluso las diferencias más pequeñas pueden tener un enorme impacto en cómo se relaja tu cerebro.

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