En lugar de analizar tu entrenamiento por el número de calorías quemadas, piensa en ello como la cantidad de fuerza de voluntad que has ganado. La fuerza de voluntad es limitada, y al ganarla consigues más motivación y autocontrol en el corto y largo plazo.

Un hombre llamado Antonio, que hemos conocido al escuchar la versión de audio de Instinto de fuerza de voluntad de Kelly McGonigal, una profesora de psicología en la Universidad de Stanford, merece el crédito de esta idea. En ella, Kelly discute la fuerte conexión entre el ejercicio y la mejora de la fuerza de voluntad. Cuanto más conexión haya, más fuerza mental y energía tendremos para trabajar en las cosas que son importantes para nosotros, como los negocios, las relaciones, la salud y demás.

Antonio era un estudiante de Kelly que se negaba rotundamente a hacer ejercicio a pesar de las órdenes de su doctor. Como un inteligente propietario de negocios, los beneficios saludables del ejercicio no le intrigaban tanto como la perspectiva de tener más fuerza de voluntad y energía. Entonces, pero un papel con las palabras «Fuerza de Voluntad» encima del contador de calorías y empezó a pensar en la cantidad de fuerza de voluntad que tendría para resolver las tareas más difíciles del día. Por no mencionar los «efectos secundarios» que tendría en su salud el ejercicio.

Esta idea funciona muy bien porque es un motivador a corto plazo que te ayuda a completar el entrenamiento, y te ayuda a ver y pensar en lo que vas a ganar (fuerza de voluntad) en lugar de perder (calorías). Mejor aún, los beneficios del ejercicio y los efectos de una mayor fuerza de voluntad harán que tengas más energía para lograr las cosas que te hacen feliz a la larga.