Cuanto más fácil es comprar algo, más probabilidades tenemos de hacerlo y no ahorrar. Por lo tanto, la mejor manera de proteger el dinero o evitar las compras es poner obstáculos en nuestros propios caminos.

El sitio de finanzas personales Becoming Minimalist lo explica, la accesibilidad impulsa el consumo. Es más probable que compremos algo en Amazon a que conduzcamos 2 horas a una tienda al otro lado de la ciudad, porque es más fácil. Del mismo modo, es más probable que gastemos el dinero que haya en nuestra cuenta principal al que haya invertido en un fondo o un depósito, ya que el primero no nos costaría tanto. Por lo tanto, si quieres ahorrar dinero, empieza por ponértelo difícil a ti mismo:

«A medida que más y más tiendas aparecen en más y más esquinas de las calles, los hábitos de consumir y gastar se vuelven más difíciles de superar. Mi hija comería menos helados si el camión de los helados no visitara nuestra calle todas las semanas. Mi hijo iría menos al estanco si no estuviera a unos metros de nuestra casa. Y todos iríamos menos a Zara si no fuera tan fácil de encontrar.»

Los obstáculos pueden tener cualquier tipo de forma. Si transfieres una parte de tu salario a una cuenta de ahorros separada, te asegurarías de no verlo y por tanto, no gastarlo. Ve de compras con tarjetas regalo en lugar de tu tarjeta de débito/crédito y así tienes un límite en lo que te puedes gastar. ¡O simplemente no vayas de compras! Cuanto más difícil sea gastarte tu dinero, más probabilidades tienes de ahorrar.