La última vez que tuviste un proyecto importante que hacer, estableciste una fecha límite para ti mismo, y estuviste muy cerca de no cumplir. El resultado: has terminado a toda prisa (o trabajado durante toda la noche), y juraste que nunca repetirías esa experiencia.

Mientras tuviste las mejores intenciones, cosas que se interponen en tu camino suelen pasar: estabas ocupado, o distraído, o hiciste otras cosas, o te olvidaste. Pero para tener un resultado diferente la próxima vez, no puedes establecer plazos de la misma manera y esperar resultados diferentes. Tendrás que abordarlo de una manera que realmente te inspirará a hacer las cosas y cumplir con tus objetivos.

Así es como puedes hacer eso:

1. Hacer que sean urgentes

Es fácil posponer una tareas cuando tienes todo el tiempo en el mundo para completarla (es decir, una fecha límite de dos meses a partir de ahora no es una meta útil). Sin ningún sentido de la urgencia, puedes estar continuamente haciendo actividades que no son prioridad.

La solución es simple: Programa tus fechas límite lo más cerca posible del presente. En lugar de darte un mes para hacer algo, prográmalo para esta semana. No sólo te dará un impulso durante todo el proceso, sino que también es probable que empieces a trabajar en tu objetivo antes de lo que normalmente harías.

2. Hacer que sean personal

Todo el mundo piensa diferente. Tú lo sabes de primera mano porque has tenido más de una reunión donde tú y tu compañero teníais diferentes maneras de resolver un problema. Si sintonizas tus habilidades, experiencias y preferencias, se te ocurrirá un sistema mejor que si estableces plazos de la misma manera que todos los demás.

El experto en productividad Carson Tate sugiere que las personas se clasifican en cuatro categorías: los que priorizan, los planificadores, los organizadores y los que visualizan. El sistema ideal para cada uno encaja con el nombre: los que prioridad y los planificadores tienen el gusto de trabajar calculando el tiempo que tomará cada objetivo, los organizadores se centran en cómo se sienten, y los que visualizan se motivan considerando la imagen final.

Por lo tanto, en lugar de simplemente decir: «Tengo que completar este proyecto hasta tal [fecha]», considera que si te centras en el proyecto totalmente, pieza por pieza, o en relación con el resto de tus proyectos, te sentarás y trabajarás en el.

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3. Hacer que sean accesibles

Tienes las mejores intenciones, pero cuando sientes que tus proyectos son como tratar de mover una montaña en un día, puede ser difícil sentarse y empezar. Después de todo, ¿si apenas eres capaz de conseguir alguna diferencia en tu objetivo, sigue valiendo la pena?

En su lugar, intenta descompones tus proyectos en pasos más pequeños y procesables. Una manera de cortar tu proyecto en trozos es imaginar que sólo puedes trabajar en segmentos de 10 minutos. Si «finalizar informe» puede llevarte toda la tarde, pregúntate a ti mismo qué podrías hacer en 10 minutos: acabar la primera parte, diseñar dos o tres diapositivas o editar todo lo que has escrito hasta ahora.

Si eres alguien que tiene dificultades para empezar, identificar un trozo de 10 minutos te ayudará a empezar, y si te gusta este sistema, puedes mantenerlo hasta que hayas terminado.

1. Hacer que sean significativos

¿Qué sucede cuando pierdes una fecha límite que estableces para ti? ¿Te dices a ti mismo que no pasa nada?

Si no hay una manera de que te responsabilices, no hay ninguna razón para cumplir con ellos. La solución aquí es decírselo a alguien. No te limites a escribir en tu agenda que terminarás el informe el lunes, dile a tu jefe que puede esperarlo para principios de la próxima semana.

Tener una motivación exterior te impide dejar esa cosa que tienes que hacer para luego.

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Se supone que las fechas límite aumentan la productividad, no conducen a un ciclo de auto-odio para establecer un objetivo, perder la fecha, sentirte mal, y repetir el proceso una vez más. Por lo tanto, si tu sistema no funciona, prueba estos consejos para sentirte mejor sobre tu trabajo y consigue hacer más.

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