6 razones por las que no has sido capaz de arreglar tus malos hábitos
Como un tonto, me esforcé durante años tratando de cambiar mis hábitos.
Más de una docena de veces, empecé un programa de ejercicios o a hacer dieta con un optimismo desenfrenado. Tiré todos mis cigarros y traté de dejar de fumar cerca de siete veces.
Traté de despertar temprano, leer más, escribir a diario, quitarme mis deudas de encima, ver menos televisión, pero fallé absolutamente en todos.
Te sientes horrible cuando no cumples con tus objetivos, y yo me sentía mal conmigo mismo constantemente.
Lo que no me di cuenta en aquel entonces, hasta que empecé a cambiar mis hábitos con éxito a finales de 2005, es que no era una cuestión de no tener suficiente disciplina. Era una cuestión de hacer el cambio de hábito mal.
Estaba cometiendo grandes errores a la hora del cambio de hábito, y una vez que me di cuenta, mejoré y me apegue mucho más a los cambios.
Si estás tratando de cambiar tus hábitos pero te está resultando difícil, he aquí algunos de los errores que solía cometer, con el fin de que te va a ayudar a ti también.
- No cambias el entorno
A menudo dependemos totalmente de la fuerza de voluntad para atenernos al cambio de un hábito, pero en la práctica, es muy improbable que eso funcione. Es mucho mejor cambiar el ambiente que te rodea.
Haz que sea fácil de hacer, como poner los tenis de correr junto a la cama y durmiendo con la ropa de correr, por ejemplo, o colocar muchos alimentos sanos alrededor tuyo, o escribir pequeños pasos que puede tomar en su tiempo libre para reducir su deuda. Haz que sea difícil hacer las cosas que no quieras hacer, como deshacerte de toda la comida basura que tienes en casa, o crear consecuencias con el grupo de amigos por si alguno decide comer comida basura o no ir al gimnasio, o poner tu tele en un armario o darle el modem a alguien para que te lo guarde unas horas.
Se inteligente y encuentra la manera de cambiar tu entorno para tu hábito de éxito, y si no funciona, cambia tu entorno un poco más.
- Esperas comodidad
Un cambio de hábito es por naturaleza, incomodo, pero la mayoría de nosotros quiere hacer las mismas cosas que siempre hacemos y nunca sentirnos incomodos. Es por eso por el que la mayoría de las personas no hacen ejercicio, porque no les gusta la incomodidad. Si estás abierto a sentirte incomodo, al menos un poco a la vez, será menos probable que dejes de hacerlo.
¿No te gusta correr? Empieza con pequeñas sesiones, y estáte preparado para sentirte incomodo. Lo que se aprende es que no hay nada malo en sentirse incomodo, y esto se convierte en un superponer para cambiar cualquier hábito.
- No empiezas poco a poco
La mayoría de las personas son optimistas y tratan de hacer un cambio demasiado grande. Hay tantas razones para empezar poco a poco con un cambio de hábito que ni siquiera puedo mencionarlas todas, pero vamos a comentar algunas de las más importantes.
Si empiezas poco a poco, la incomodidad del cambio no suele ser abrumadora. Si empiezas poco a poco, superas el problema de inercia, el de no poder empezar. También mantienes tu entusiasmo y tus ganas de seguir adelante. Si empiezas poco a poco, haces que sea imposible decir que no, imposible que falles. Algunos ejemplos son: medita durante 2 minutos, sal por la puerta y corre durante 1 minuto, come 1 pieza de verdura y fruta al día, o fuma 1 cigarro menos al día.
- Tienes fantasías poco realistas sobre el hábito
Cuando comenzamos un cambio de hábito, es porque en general tenemos algún tipo de imagen en nuestra cabeza acerca de que que grande será nuestra vida una vez que hagamos este cambio: estaremos más saludables y en forma, nuestra vida será ordenada, simple y maravillosa y estaremos encantados.
Desafortunadamente, los cambios no son como lo que hemos fantaseado, y por tanto nos decepciona y ya no tenemos motivación. Un mejor enfoque es darse cuenta que estas fantasías no son verdad, y en lugar de eso dale un enfoque a la curiosidad: ¿qué sientes con el cambio? ¿Cómo puedo ser feliz en cada paso que tomo, en lugar de sólo cuando alcance mi meta?
- Comienzas de inmediato
No sé cuantas veces tiré mi cigarro por el capricho del momento, ese momento en que decidí dejar de fumar. Lo que me di cuenta es que a inmediatamente es una mala idea, porque significaba que estaba tomando el cambio a la ligera. El cambio de hábito era tan pequeño como si fuera el hecho de sacar la basura, y con la misma facilidad me desanime. Excepto que si seguía dejándolo para otro día, no empezaría a apestar como la basura.
Así que aprenda una manera mejor: fija la fecha en la que vas a dejar de fumar. Por lo menos unos días o una o dos semanas con antelación. Mi fecha de dejar de fumar fue el 18 de noviembre de 2005, lo marqué en el calendario y fue una fecha importante. Escribí un plan, tenía reemplazos para los desencadenante como el estrés, o estar alrededor de otros fumadores. El cambio y la fecha empezaron a tener mucho más importante y por tanto, era menos probable que me olvidara de ello.
- No tienes responsabilidad
Una de las mejores maneras de cambiar de hábito es crear un reto y comentárselo a los amigos o familia. Establece una consecuencia del fracaso, como pedirle a un amigo que te lance una tarta en la cara si no lo hago. Empieza a informarles a diario de tu progreso y que no le dejen que falle y deje de hacerlo.
Si puedes arreglar estos fallos, que son simples de corregir, estarás aumentando tus posibilidades de éxito una docena de veces por lo menos. Estas correcciones cambiaron mi vida, y espero que cambien la tuya también.